Según el informe UNAMA de Naciones Unidas casi 6.000 civiles afganos habrían muerto o resultado heridos en los primeros nueve meses del 2020 debido a los intensos combates entre las fuerzas gubernamentales y los insurgentes talibanes a pesar de los esfuerzos de paz.
2.117 personas murieron y 3.822 resultaron heridas debido a los altos niveles de violencia que tienen un impacto devastador en la población civil. Las bajas civiles fueron un 30% menores que en el mismo período del 2019.
Afganistán sigue siendo uno de los lugares más mortíferos del planeta para ser un civil.
Los talibanes habrían sido responsables del 45% de las bajas civiles, mientras que las tropas gubernamentales del 23%. Las fuerzas internacionales lideradas por Estados Unidos serían responsables del 2%. El resto se habría producido en medio fuego cruzado, o fue causado por militantes del Estado Islámico o elementos antigubernamentales o progubernamentales “indeterminados”.
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