Más de 100.000 habitantes de La Habana, Cuba, se encuentran sin agua corriente (10% de la población de la ciudad). La escasez, vinculada al envejecimiento y la decrépita infraestructura de la isla (estaciones de bombeo motorizadas defectuosas, las tuberías con fugas, frecuentes cortes de energía y la sequía inducida por el cambio climático)
La escasez y las interrupciones del agua también son comunes en las provincias periféricas, donde una infraestructura igualmente anticuada y la sequía obligan a muchos a depender de camiones cisterna o ríos, arroyos y pozos poco profundos locales.
El país atraviesa una de las peores crisis económica de las últimas décadas. Golpeado por duras sanciones estadounidenses, una resaca pandémica y un turismo tambaleante. Escasean los alimentos, las medicinas y el combustible, y la creciente inflación ha puesto lo poco disponible fuera del alcance de muchos.
Deja una respuesta