Al parecer existe déficit en el suministro de medicación antimalárica y de equipos médicos en esas zonas. La malaria sigue siendo un grave problema en las comunidades indígenas.
Además a este repunte de paludismo se suma el aumento de casos positivos de COVID-19 en municipios tanto risaraldenses como chocoanos que están cerca de sus lugares de asentamiento. No hay controles en la vía panamericana que comunica a Pereira con Quibdó, saltándose los protocolos de bioseguridad (No uso mascarillas, uso de alcohol gel…)
Deja una respuesta