Parada cardiorespiratoria PCR

El ser humano nace, crece y tiene una esperanza de vida diferente según su lugar de nacimiento, para finalmente morir a una determinada edad. La muerte es un acontecimiento natural en nuestra vida y puede deberse a diferentes causas. Unas personas mueren por causas debidas a la edad, pero otras personas pueden morir debido a enfermedades agudas (como son algunas enfermedades infecciosas) o por enfermedades crónicas (como la enfermedad cardiovascular, cerebrovascular o el cáncer). En estos casos la muerte es una situación esperable a consecuencia de la enfermedad en su fase terminal y por lo tanto es irreversible. Sin embargo, cuando este estado se produce de una forma brusca, inesperada y potencialmente reversible, hablamos de parada cardiorrespiratoria (PCR). Esta PCR se vuelve irreversible cuando nadie la presencia no pudiendo avisar ni hacer nada, o cuando, aún siendo presenciada los testigos no saben actuar y tampoco pueden intervenir para intentar revertirla.

En una PCR se detiene la actividad del corazón que deja de mandar sangre con oxígeno a todo el organismo. Se produce fundamentalmente por dos causas:

 

  • Enfermedad cardíaca (en personas a partir de unos 50 años las arterias que irrigan el corazón pueden taparse por placas producidas por el colesterol, y cuando se tapan completamente, el corazón puede sufrir una angina de pecho o un infarto; y este, puede desencadenar una arritmia que en último término produce una PCR o en personas menores de 50 años por la presencia de cardiopatías congénitas que pueden desencadenar arritmias que igualmente en último término produce una PCR)
  • Accidentes de tráfico y laborales (tras politraumatismos tanto en personas jóvenes como mayores, aunque suele ser más frecuente en jóvenes y supone una importante causa de muerte en < 40 años)

 

 

Hay otras situaciones en las que el corazón deja de funcionar pudiendo conducir también a una PCR. Estas situaciones son:

 

  • Atragantamientos en adultos y en niños
  • Ahogamientos en adultos y en niños
  • Traumatismos en adultos y en niños
  • Intoxicaciones en adultos y en niños
  • Síndrome de muerte súbita del lactante o infecciones respiratorias en niños

 

 

Tras 10-15 minutos sin aporte de oxígeno el cerebro muere porque las neuronas sufren un daño irreparable. Cuando ya hay muerte cerebral las medidas de SVB no servirán de nada. Por esto es tan importante que toda la población sepa realizar maniobras de RCP para poder actuar lo antes posible.

Si se produce una PCR debemos saber actuar de forma precoz y ordenada. Actuar de forma precoz es fundamental pues el cerebro puede morir en cinco o diez minutos sin aporte de oxígeno, pero si sabemos qué hacer, podemos conseguir que aguante hasta 20 minutos o más, dando tiempo a que lleguen los medios avanzados.

Es muy importante tener en cuenta que cada minuto que pasa en una PCR disminuye un 10% la supervivencia. En Europa se producen unas 700.000 PCR al año (una cada 45 segundos) y en España 25.000. De todas ellas, sólo en un 12% la población responde iniciando maniobras de RCP. Si toda la población supiera abordar una PCR, del 5% de los afectados que llegan a recuperarse totalmente tras una RCP eficaz, podríamos convertir esta cifra en un 40-45%.

La forma de abordar una PCR es siguiendo la llamada cadena de supervivencia que difiere según la persona sea adulta o sea un niño/lactante. Esta cadena consta de cinco eslabones y todos ellos son de igual importancia pues si uno de ellos se rompe la cadena no funciona. La población tiene que saber manejar perfectamente los primeros eslabones y para ello es muy importante que se forme y se recicle su conocimiento.

Cadena de supervivencia en el adulto

1. ALERTA PRECOZ

Cuando nos encontremos ante una persona en posible PCR es muy importante mirar, evaluar la escena para ver qué ha podido pasar y comprobar que el entorno es seguro antes de aproximarnos a ella y evitar el “efecto túnel” (por querer ayudar podemos poner nuestra vida en peligro causando un problema añadido).

Para valorar la respuesta lo primero que debemos hacer es acercarnos a la víctima y comprobar el nivel de conciencia mediante una simple maniobra: se le coge por los hombros y se le mueve enérgicamente, al mismo tiempo que se le grita preguntándole, ¿se encuentra bien?

Si responde: Dejarlo en la posición encontrada, averiguar qué ha pasado y si necesita ayuda. Continúe valorando a la persona mientras se encuentre con él.

Si no responde: Abra la vía área con la maniobra frente- mentón (se coloca una mano en la frente y con dos dedos de la otra mano se tira de la mandíbula hacia arriba) y en un máximo de 10 segundos hay que valorar si la respiración es NORMAL de la siguiente forma:

 

  • Mirar (si el pecho presenta algún movimiento, que indicara una respiración con entrada y salida de aire a los pulmones)
  • Escuchar (los posibles ruidos respiratorios, al entrar y salir el aire) y
  • Sentir (en la cara el aire que sale de los pulmones)

 

– Si respira con normalidad: colocar en Posición Lateral de Seguridad pudiendo abandonar a la víctima para pedir ayuda en caso de que esté solo, no olvidando comprobar la presencia de respiración de forma periódica (se explica cómo realizar la posición en el apartado de inconsciencia)

– Si no respira o presenta una respiración anormal (se describe como que ‘casi no respira’, respiración ‘pesada’, ‘ruidosa’, ‘gasping’ o‘boqueos’ y sucede brevemente después de que el corazón se para hasta en el 40% de las paradas cardiacas) la persona se encuentra en PCR.

Si la persona no respira lo primero es llamar a los equipos de emergencia (que es el télefono 112 en Europa, 911 en Estados Unidos o el del país donde nos encontremos) e indicar que hay una persona inconsciente que no respira en PCR, señalando el lugar y la hora de la misma.

El momento de llamar, en el adulto, es cuando hemos comprobado que está en PCR y antes de empezar a hacer masaje cardíaco. Si hay alguien más con nosotros se puede repartir las tareas y mientras una persona llama al número de emergencias la otra puede iniciar simultáneamente las maniobras de masaje cardíaco para minimizar las interrupciones. Es importante no colgar pues nos pueden solicitar más información o ayudarnos con las maniobras según el país donde nos encontremos.

2. REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR (RCP) BÁSICA PRECOZ

La RCP básica consiste en una serie de maniobras que tienen una doble finalidad:

 

  • Identificar que una persona está en PCR
  • Tratar de sustituir la función del corazón (con nuestras manos) y los pulmones (con nuestra boca) para intentar revertir la situación y prolongar el aporte de oxígeno al cerebro y resto de órganos hasta que lleguen los medios avanzados

 

 

Es básica porque se hace sin ningún material, sólo con las manos. Pero también porque es fundamental para salvar vidas y porque es muy sencilla y fácil de realizar, no por ello dejando de ser muy efectiva.

Las recomendaciones actuales para adultos en Resucitación Cardiopulmonar Básica vigentes desde finales del año 2015 y establecidas por el Consejo Europeo de Resucitación (ERC) o la Asociación Americana del Corazón (AHA) marcan las pautas de actuación a seguir en caso de enfrentarnos a una persona en PCR. Estas pautas de RCP básica las debería comenzar a realizar cualquier persona que presencie la PCR como se ha comentado anteriormente, ya que cuanto antes se inicien las maniobras de reanimación las posibilidades de supervivencia del individuo en PCR aumentan, al contrario que si se retrasan o no se realizan correctamente.

Compresiones torácicas

La persona que vaya a realizar la reanimación se tiene que colocar arrodillado al lado de la víctima más o menos a la altura de sus hombros y colocar adecuadamente las manos, de la siguiente forma:

 

  • El talón de una mano se colocará en el centro del pecho de la víctima
  • El talón de la otra mano se colocará encima de la mano que está apoyada en el pecho de la víctima, y se entrelazan los dedos de ambas manos, tirando de los dedos hacia arriba para que la zona de contacto con el tórax sólo sea el talón de la mano y no toda la palma, asegurándose que no se aplica presión sobre las costillas de la víctima
  • Mantener los brazos completamente extendidos y los hombros perpendiculares al pecho de la víctima
  • Una vez adoptada esta posición el reanimador debe comprimir fuerte (dejando caer el peso de su cuerpo sobre sus brazos para ejercer una fuerza que permita comprimir el tórax de la víctima, aproximadamente 5cms) y rápido a una frecuencia de 100-120 compresiones por minuto (como orientación es similar al ritmo de la canción de la Macarena o la canción Staying Alive)
  • Entre compresión y compresión hay que dejar que el tórax se descomprima y reexpanda para que pueda retornar la sangre al corazón y que las compresiones sean efectivas, pero sin dejar el contacto de la palma de la mano con el tórax de la víctima para no perder la posición correcta del masaje y realizar rápidamente la nueva compresión

 

 

Con estas maniobras imitamos la actividad mecánica del corazón, bombeando la sangre desde el corazón a los tejidos.

 

Ventilaciones

Inmediatamente después de aplicar las 30 compresiones torácicas, se debe abrir la vía área realizando nuevamente la maniobra frente-mentón (extender el cuello con una mano en la frente y otra mano en el mentón para favorecer la apertura de la vía aérea), abriendo la vía aérea y suministrando 2 ventilaciones, con el objetivo de intentar aportarle oxígeno mediante el aire que espiramos. Para ello se deben seguir una serie de pasos:

 

  • Tras la apertura de la vía aérea con la maniobra frente mentón, tapar la nariz de la víctima con el dedo índice y pulgar de la mano que el reanimador coloca en su frente, manteniendo la boca de la víctima abierta y la barbilla elevada con los dedos de la otra mano
  • El reanimador realiza una inspiración normal, acercando su boca hasta la boca de la víctima rodeándola con los labios (ventilación boca a boca). Procurar realizar un sellado lo más hermético posible de la nariz con los dedos y de la boca con nuestros labios para evitar fuga de aire y expulsar el aire que hemos inspirado
  • Realizar una segunda ventilación de la misma forma tras observar que el pecho se ha elevado y ha descendido. Aunque no se haya producido la elevación del tórax continuar con las compresiones torácicas
  • Cada una de estas ventilaciones no debe llevarnos más de un segundo
  • Dichas ventilaciones se pueden no realizar si la persona que sufre la PCR es desconocida para el rescatador y éste no está seguro de que el paciente pudiera presentar alguna enfermedad infecto-contagiosa o por motivos de higiene no quiere realizar dicha técnica. Para evitar la posible transmisión de enfermedades existen dispositivos faciales de barrera que se puede utilizar durante las ventilaciones.

Una vez administradas las 2 ventilaciones se procede a realizar 30 compresiones, como se ha descrito en el apartado de compresiones torácicas y esta repetición de 30 compresiones y 2 ventilaciones se debe mantener aunque estén presentes más de un reanimador.

Para conseguir el objetivo de alcanzar aproximadamente las 100 compresiones por minuto, una sola persona va a realizar todo: las ventilaciones y las compresiones torácicas. Cuando hayan pasado 1-2 minutos o si se encuentra cansado y sin fuerzas de manera que no es efectivo, se debe turnar con otro reanimador, para evitar cansarse y que la RCP no pierda eficacia, si es que existe otra persona que lo pueda relevar.

La RCP debe mantenerse hasta que

  • Llegue la ayuda sanitaria solicitada al 112 y se hagan cargo de la situación
  • La víctima vuelva a respirar con normalidad
  • El reanimador, si está solo, no pueda continuar con la reanimación por agotamiento

 

3. USO DEL DESFIBRILADOR AUTOMÁTICO

Los desfibriladores están presentes en muchos lugares públicos como en aeropuertos, centros comerciales, centros deportivos o en zonas con gran afluencia de público. Depende del grado de desarrollo de los países donde viajemos y sus normativas los encontraremos o no. Son dispositivos de muy fácil utilización porque están guiados por una voz que va diciendo lo que hay que hacer y dibujos explicativos y son seguros porque no dan una descarga si no está indicada. En los lugares donde se encuentran debe haber personal entrenado para utilizarlo. Todo el mundo podría utilizarlos pero la normativa en muchos sitios exige haber recibido un curso previo. Es fundamental tener acceso a ellos lo antes posible.

Desfibrilador automático

Si la PCR se ha producido por una arritmia (fibrilación ventricular: causa más frecuente de PCR en adultos) sólo hay una forma de revertirla que es utilizando este aparato eléctrico que produce una descarga eléctrica (desfibrilación) que puede conseguir que el corazón vuelva a su ritmo normal. Cuanto más tiempo pasa, menos posibilidades de revertir esta situación con el desfibrilador, por eso es importante que llamemos en cuanto detectemos la PCR para que pueda llegar cuanto antes el desfibrilador más cercano.

Cadena de supervivencia en el niño

Dentro de esta cadena tenemos que diferenciar a los lactantes que definimos como niños menores de un año de los niños cuya edad va desde un año a la pubertad. Dado que la mayoría de las paradas cardiacas en la infancia obedecen a causas respiratorias se aconseja, si hay un solo reanimador, un ciclo de RCP básica (1 minuto), antes de intentar obtener ayuda. Esta es la la gran diferencia con la reanimación del adulto, que activa en primera instancia el sistema de emergencias antes de realizar cualquier maniobra de resucitación. La otra gran diferencia es también debida a que la causa respiratoria es más frecuente en el niño que en el adulto y por eso, antes de las compresiones torácicas, se realizan 5 ventilaciones en primer lugar. Además en esta cadena se insiste más en las medidas preventivas como primer escalón que pueden evitar accidentes (que constituyen una de las principales causas de PCR en la edad pediátrica).

1. PREVENCIÓN

Las principales acciones para prevenir accidentes en los lactantes y niños son:

 

  • Guardar objetos peligrosos
  • Prevenir la asfixia
  • Tener cuidado con la energía eléctrica
  • Tener cuidado con objetos pequeños
  • Emplear cinturón de seguridad
  • Prevenir caídas y quemaduras

 

 

2. REANIMACIÓN CARDIOPULMONAR (RCP) BÁSICA PRECOZ

Valorar respuesta

Para comprobar si el niño responde se comprueba igual que en el adulto, moviendo enérgicamente de los hombros y gritando. En el lactante, la planta de los pies, con pequeños pellizcos, es un buen sitio para la estimulación. Si no responde estamos ante un niño inconsciente y gritaremos pidiendo ayuda.

Ventilaciones de rescate

Lo primero será abrir la vía aérea para aliviar la obstrucción causada por el desplazamiento de la lengua hacia atrás. Si el niño conserva aún suficiente tono muscular en la mandíbula, la flexión de la cabeza hacia atrás, colocando una mano sobre la frente del niño, puede ser suficiente para desplazar la mandíbula hacia arriba. Si no hay tono muscular deberemos realizar una maniobra frente- mentón en el niño. En los lactantes basta con extender el cuello levemente hacia atrás.

Una vez abierta la vía aérea, debe comprobarse si existe o no respiración normal. La aproximación del oído y la mejilla a la boca del niño, a la vez que se dirige la mirada al pecho, permite oír, ver y sentir la respiración.

 

  • Si el niño respira lo colocaremos en posición lateral e seguridad
  • Si el niño no respira y no se visualizan movimientos respiratorios, debe iniciarse inmediatamente la ventilación. La boca debe sellar las vías respiratorias, minimizando cualquier posibilidad de fuga aérea. Esto se consigue, en el niño mayor, ajustando los labios del reanimador a la boca del niño al tiempo que se pinza la nariz con la mano izquierda (respiración boca a boca); en el niño pequeño, y especialmente en lactantes y recién nacidos, la boca deberá sellar tanto la boca como las fosas nasales de la nariz del pequeño. Los volúmenes de aire a introducir deben ajustarse a la edad y al tamaño del niño, intentando que sean suficientes para movilizar el pecho. Inicialmente se realizarán 5 insuflaciones lentas, de 1 segundo de duración, con una pausa entre ellas, durante la cual el reanimador debe “coger aire” para aumentar el contenido de oxígeno del aire a introducir

 

 

Compresiones torácicas

En los lactantes el punto de masaje se localiza en el centro del tórax, donde se realizará una compresión perpendicular sobre el esternón con los dedos medio y anular.

En niños pequeños, el punto de compresión se localiza también en el centro del tórax y se realizará la compresión con el talón de una mano. En los niños mayores, si la fuerza de compresión con una sola mano no es suficiente, se realizará la compresión como en el adulto, es decir, con las dos manos apoyando una mano sobre la otra (como se explica en la RCP del adulto). En cualquier caso, los dedos no deben apoyarse sobre las costillas, para minimizar el riesgo de lesionarlas. Llegado este momento, nuestro sentido común nos indicará la fuerza que debemos ejercer sobre el niño, promediando nuestra corpulencia con el tamaño de la víctima.

De acuerdo a las recomendaciones, se aconsejan frecuencias de compresión de entre 100-120 compresiones por minuto, tanto en lactantes como en niños. En lactantes y niños pequeños, independientemente del número de reanimadores, se realizarán 30 compresiones torácicas seguidas de 2 ventilaciones (relación compresión/ventilación 30/2).

3. ACTIVACIÓN DEL SISTEMA DE EMERGENCIAS

A diferencia del adulto, es aconsejable mantener un minuto las maniobras de RCP antes de solicitar ayuda al sistema de emergencia médica extrahospitalaria, lo que en ocasiones (reanimador único) obliga a abandonar momentáneamente la RCP.

En el caso de lactantes pequeños no es necesario interrumpir la RCP para solicitar ayuda: así, apoyando al lactante sobre el antebrazo no dominante, es posible dar masaje cardíaco, ventilar boca a boca y nariz y efectuar simultáneamente el transporte.

RESUMEN DE ACTUACIÓN ANTE UNA PCR EN EL ADULTO Y EN LOS NIÑOS