La lepra, también conocida como Enfermedad de Hansen, es una enfermedad infecciosa crónica causada por el Mycobacterium leprae y M. lepromatosis (Descubierto en 2008), un bacilo ácido-alcohol resistente aeróbico, de crecimiento intracelular y multiplicación muy lenta. Es intracelular y no ha podido hasta la fecha ser cultivado in vitro. Afecta principalmente la piel, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias altas y los ojos.
La lepra es una enfermedad curable. Si se trata en las primeras fases, se evita la discapacidad.
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LEPRA
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Patógeno: Mycobacterium leprae y M. lepromatosis (Descubierto en 2008), bacilo ácido-alcohol resistente.
Distribución: endémica en muchos países, no requiere un ambiente tropical. Asia representa el 75% de los casos (India el 65%), África el 12%, continente americano el 8%.
Mecanismo de transmisión: contacto muy estrecho y repetitivo con pacientes infectados, a través de la inhalación de aerosoles contaminados, el contacto con lesiones cutáneas abiertas o fómites.
Clínica: lepra paucibacilar y multibacilar. Esta enfermedad se caracteriza por la aparición de placas o nódulos hipopigmentadas con disminución de la sensibilidad, engrosamiento de nervios periféricos. Su afectación da lugar a deformidades e infecciones de pies y manos, afectación del tabique nasal y del pabellón auricular.
Diagnóstico: estancia en zona endémica + clínica compatible + demostración de bacilos en las lesiones (frotis de la piel) y/o biopsia de la piel.
Tratamiento: paucibacilar: rifampicina + dapsona 6 meses. Multibacilar: rifampicina + dapsona + clofazimina durante al menos 2 años.
Prevención: fundamental el tratamiento de las personas afectadas para evitar la transmisión, vigilancia de los contactos estrechos con afectados. Formación de personal cualificado en las zonas endémicas para la vigilancia y tratamiento de esta enfermedad.
La lepra, también conocida como Enfermedad de Hansen, es una enfermedad infecciosa crónica causada por el Mycobacterium leprae y M. lepromatosis (Descubierto en 2008), un bacilo ácido-alcohol resistente aeróbico, de crecimiento intracelular y multiplicación muy lenta. Es intracelular y no ha podido hasta la fecha ser cultivado in vitro. Afecta principalmente la piel, los nervios periféricos, la mucosa de las vías respiratorias altas y los ojos.
La lepra es una enfermedad curable. Si se trata en las primeras fases, se evita la discapacidad.
La lepra ya era conocida por las antiguas civilizaciones de China, Egipto y la India. La primera referencia escrita a esta infección se remonta aproximadamente al año 600 a.C. A lo largo de la historia, los enfermos leprosos se han visto condenados al ostracismo por sus comunidades y familias. El estigma social con el que está relacionado se debe a la desfiguración, las deformidades, las mutilaciones y la ceguera que puede producir. El término enfermedad de Hansen, se emplea para disminuir el estigma de la palabra lepra.
La fuente más común de infección son los seres humanos infectados, aunque también existe lepra en armadillos y en los chimpancés.
En el humano, el contacto directo de piel con lesiones cutáneas abiertas o los fómites pueden transmitir la lepra, pero se cree que la vía más frecuente en la nasorrespiratoria.
Las secreciones de la mucosa nasal de los pacientes con lepra lepromatosa no tratada tienen grandes cantidades de M. leprae. La infección suele adquirirse por inhalación de aerosoles contaminados. Los bacilos de la lepra probablemente atraviesan los alvéolos pulmonares sin provocar ninguna lesión primaria y llegan a sus lugares de asentamiento por diseminación hematógena.
La transmisión por la leche materna o por vía transplacentaria también es posible.
La relación varón-mujer es de 2-3:1 y en la infancia es 1:1.
Epidemiología (Distribución geográfica)
Según las cifras oficiales procedentes de 115 países, la prevalencia de lepra a finales del 2012 era de 189.018 casos y la incidencia, es decir el número nuevo de casos que se notificaron fue aproximadamente de 232.857 casos, en comparación con 226.626 en 2011.
El 95% de los nuevos casos de lepra se notificaron en 16 países. Todavía quedan focos de gran endemicidad en algunos países como: Angola, Bangladesh, Brasil, China, Etiopía, Filipinas, India, Indonesia, Madagascar, Mozambique, Nyanmar, Nepal, Nigeria, República Democrática del Congo, República democrática de Tanzania, Sri Lanka y Sudán del Sur.
Situación mundial de la lepra. 2011
Clínica
La lepra clínica puede considerarse como el resultado de una inmunidad celular deficiente en sujetos susceptibles. Aproximadamente el 95% de los individuos expuestos a M.leprae no desarrollan la enfermedad.
Según la respuesta inmunitaria del sujeto, podemos clasificar la lepra: poliomielitis.
Lepra paucibacilar: frotis cutáneo negativo o con pocos bacilos, se produce cuando la respuesta celular en algo deficiente pero existente.
Lepra multibacilar: frotis positivos para bacilos. Se produce cuando existe una deficiente inmunidad celular.
Clasificación:
Clasificación clínica de la lepra:
– Indeterminada (I): lesiones precoces, usualmente máculas hipopigmentadas o eritematosas, sin desarrollo de lesiones de formas tuberculoide o lepromatosa
– Tuberculoide (TT): escasas lesiones cutáneas, con demarcación neta, asimétricamente distribuidas, hipopigmentadas y anestésicas, con bordes activos y en evolución, y un núcleo despejado. También puede haber agrandamiento o engrosamiento de nervios periféricos que se hacen palpables. Linfoadenopatías, fiebre, vasculitis necrotizante, eritema nodoso.
– Dimorfa: se divide en tres subgrupos, dimorfa-tuberculoide (DT), dimorfa pura (DP) y domorfa-lepromatosa (DL) más lesiones, bordes peor definidos, frecuente afectación nerviosa.
– Lepromatosa (LL): lesiones cutáneas polimorfas (máculas, nódulos o infiltración difusa) simétricamente distribuidas, afectando a gran parte de la superficie cutánea. Afectación neural extensa, tardía y simétrica y afectación visceral. Es frecuente el engrosamiento de los pabellones auriculares, la afectación nasal con destrucción progresiva del cartílago y del hueso nasal, pérdida de la cola de las cejas (madarosis), iritis, queratitis, anestesia en guante y calcetín con infecciones deformantes de pies y manos (mononeuritis múltiple).
Diagnóstico
– Epidemiología: historia de contactos, estancia en área endémica.
– Clínica: lesiones hipopigmentadas, hipoestésicas de la piel+ Engrosamiento de nervios periféricos. Explorar la sensibilidad con filamentos de diferentes grosores.
– Biopsia de la piel, es el diagnóstico de confirmación. La muestra debe obtenerse de los márgenes de las lesiones definidas e incluir tejido celular subcutáneo. Obtener muestras de diferentes localizaciones
-Frotis de piel: pinzar un pliegue cutáneo de varias máculas, nódulos o placas, realizar un pequeño corte, el líquido que obtengamos se extiende y se analiza en un porta teñido según el método de Ziehl-Neelsen.
Desde 1995, la OMS proporciona gratuitamente a todos los enfermos leprosos del mundo el tratamiento multimedicamentoso.
En 1991, el órgano rector de la OMS, la Asamblea Mundial de la Salud, adoptó una resolución para eliminar la lepra como problema de salud pública en el año 2000. Por eliminar la lepra como problema de salud pública se entiende conseguir una tasa de prevalencia de menos de 1 caso por 10 0000 habitantes. La meta se alcanzó a tiempo y el uso generalizado de estas pautas terapéuticas ha reducido la carga de morbilidad de forma espectacular.
– Paucibacilar: rifampicina 600 mg una vez al mes+ dapsona 100 mg al día durante 6 meses. En niños: rifampicina 10 mg/kg/día+ dapsona 1 mg/Kg/día durante 1 año.
– Multibacilar: rifampicina 600 mg una vez al mes+ dapsona 100 mg al día y clofazimina 50 mg al día durante al menos 2 años o hasta que los frotis cutáneas sean negativos para bacilos. En niños: rifampicina 10 mg/kg/día+ dapsona 1 mg/kg/día+ clofazimina 1 mg/kg/día durante 1 año.
El tratamiento puede desencadenar en un 20% de los casos reacciones de hipersensibilidad conocidas como leprorreacciones. El tratamiento debe instaurarse de forma inmediata y el paciente controlado estrechamente. Se pueden dar dos tipos diferentes de reacciones:
– Leproreaccción inversa: la reacción se acompaña de neuritis periférica. El tratamiento es la inmovilización de la zona afecta y corticoide. No debe suspenderse el tratamiento antileproso.
– Eritema nodoso leproso (ENL): cada vez menos frecuente gracias al uso de la clofazimina en el tratamiento de la lepra que tiene efecto antiinflamatorio.
Prevención y control
El control de la lepra ha mejorado mucho gracias a las campañas nacionales y locales llevadas a cabo en la mayor parte de los países donde la enfermedad es endémica. El diagnóstico y tratamiento de la enfermedad se han visto facilitados por la integración de los servicios primarios contra la lepra en los servicios sanitarios generales.
La detección de todos los casos en cada comunidad y el cumplimiento del tratamiento multimedicamentoso prescrito son los principios básicos de la Estrategia mundial mejorada para reducir la carga de morbilidad debida a la lepra: 2011-2015.
La estrategia hace hincapié en la necesidad de mantener los conocimientos especializados y aumentar el número de personal capacitado para atender esta enfermedad, mejorar la participación de los afectados en los servicios de atención a la lepra y reducir las deformidades visibles (también llamadas discapacidades de grado 2), así como la estigmatización relacionada con la enfermedad.
Los programas nacionales de lepra para 2011-2015 se han centrado más en las poblaciones desatendidas y las zonas de acceso difícil, con el fin de mejorar el acceso y la cobertura. En vista de que las estrategias de control son limitadas, los programas nacionales tratan activamente de mejorar la retención de los casos, el rastreo de los contactos, el seguimiento, la derivación de los pacientes y la gestión de los registros.
Enlaces y bibliografía relacionada
Enfermedades infecciosas. Principios y Práctica”, Mandell, Bennett, Dolin
Enfermedades infecciosas tropicales”, Richard L.Guerrant, David H. Walker, Peter F. Weller
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