BACTERIA

Úlcera de Buruli

PatógenoMycobacterium ulcerans

Distribución: Al menos 33 países de clima tropical, subtropical o templado han notificado casos de úlcera de Buruli en África, América del Sur y las regiones del Pacífico Occidental.

Mecanismo de transmisión: Desconocido

Clínica: La mayoría de las personas afectadas son niños menores de 15 años. Lesiones en extremidades

Diagnóstico: Clínico / laboratorio

Tratamiento: El 80% de los casos detectados a tiempo puede curarse con una combinación de antibióticos.

Prevención: Al desconocerse su modo de transmisión, no se pueden tomar medidas preventivas.

ENFERMEDADES

ÚLCERA DE BURULI

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La úlcera de Buruli es una infección crónica y debilitante de la piel y los tejidos blandos que puede causar desfiguraciones permanentes y discapacidad. El agente causante es la bacteria Mycobacterium ulcerans. Un microorganismo perteneciente a la misma familia que las bacterias causantes de la tuberculosis y la lepra. El diagnóstico y el tratamiento tempranos son el único medio para minimizar la morbilidad y evitar discapacidades de larga duración.

 

 

Epidemiología

Al menos 33 países de clima tropical, subtropical o templado han notificado casos de úlcera de Buruli en África, América del Sur y las regiones del Pacífico Occidental. En 2014, se notificaron 2.200 casos nuevos en 12 de los 33 países.

 

Las características clínicas y epidemiológicas de los casos varían (en función de la zona geográfica) en los diferentes países y entornos. En África, un 48% de los afectados son niños menores de 15 años, mientras que esa franja etaria representa el 10% en Australia y el 19% en el Japón. No existen diferencias importantes entre las tasas de hombres y mujeres afectados.

 

Distribución úlcera de Buruli en el mundo

 

 

Patogenia (Mecanismo de transmisión)

Se desconoce aún el modo exacto de transmisión de Mycobacterium ulcerans.

 

 

Clínica

Las lesiones se producen a menudo en las extremidades: un 35% se produce en las extremidades superiores, un 55%, en las extremidades inferiores y un 10% en otras partes del cuerpo.

 

La gravedad de la enfermedad se ha clasificado en tres categorías:

 

I. una sola lesión pequeña (32%) En Australia y el Japón, la mayoría de las lesiones (>90%) es de categoría I.

II. placa no ulcerosa o ulcerosa y formas edematosas (35%)

III. formas diseminadas y mixtas, tales como osteítis, osteomielitis o afectación articular (33%).

 

En todos los países, al menos el 70% de todos los casos se diagnostica en la fase de ulceración.

 

La úlcera de Buruli se manifiesta inicialmente como una hinchazón (nódulo) indolora. Puede comenzar también como un endurecimiento indoloro (placa) o una inflamación difusa e indolora de las piernas, los brazos o la cara (edema). Debido a las propiedades inmunodepresoras de la micolactona, la enfermedad evoluciona sin dolor ni fiebre. En ausencia de tratamiento, pero a veces incluso durante el tratamiento antibiótico, el nódulo, placa o edema se convierte, al cabo de cuatro semanas, en úlceras que presentan los clásicos bordes socavados. Ocasionalmente se ven afectados los huesos, lo que provoca grandes deformidades.

 

 

Diagnóstico

 

Clínico: En general, el diagnóstico clínico hecho en las zonas endémicas por profesionales sanitarios capacitados es fiable. Dependiendo de la edad del paciente, la zona geográfica en la que se encuentra el paciente, la localización de las lesiones y la intensidad del dolor experimentado, hay que descartar otras afecciones, como las úlceras fagedénicas tropicales, las úlceras crónicas de las piernas debidas a insuficiencia arterial o venosa (a menudo en personas de edad avanzada), las úlceras diabéticas, la leishmaniasis cutánea, el pian ulcerativo extenso y las úlceras por Haemophilus ducreyi.

 

Las lesiones nodulares iniciales se confunden occasionalmente con forúnculos, lipomas, gangliones, tuberculosis ganglionar, nódulos de oncocercosis u otras infecciones subcutáneas, como las infecciones fúngicas. En Australia, las lesiones papulares pueden confundirse inicialmente con picaduras de insectos. La celulitis puede parecerse al edema causado por la infección por M. ulcerans, pero en el caso de la celulitis las lesiones son dolorosas y el paciente presenta fiebre y mal estado general.

 

La infección por VIH no es un factor de riesgo, pero en los países coendémicos su presencia complica la conducta clínica. La debilidad del sistema inmunitario hace que la progresión clínica de la úlcera de Buruli sea más agresiva y que por lo tanto el tratamiento tenga peores resultados.

 

Debido a los viajes internacionales, pueden aparecer casos en zonas no endémicas. Por consiguiente, es importante que los profesionales sanitarios conozcan la úlcera de Buruli y sus presentaciones clínicas.

 

De laboratorio: Hay cuatro métodos de laboratorio para confirmar la úlcera de Buruli: reacción en cadena de la polimerasa (PCR) para detectar la secuencia IS2404, microscopía directa, histopatología y cultivo. El método más habitual es la PCR.

 

Una red OMS formada por 17 laboratorios de 14 países endémicos y no endémicos presta apoyo a los programas de control nacionales para confirmar los casos.

 

 

Tratamiento

 

El 80% de los casos detectados a tiempo puede curarse con una combinación de antibióticos y tratamientos complementarios Hay orientaciones terapéuticas para los profesionales sanitarios en la publicación de la OMS titulada Tratamiento de la enfermedad por Mycobacterium ulcerans (úlcera de Buruli).

 

Se utilizan diferentes combinaciones de antibióticos durante ocho semanas para tratar la úlcera de Buruli con independencia de la fase de la enfermedad. En función del perfil del paciente, se puede utilizar una de las siguientes combinaciones:

 

  • Una combinación de rifampicina (10 mg/kg una vez al día) y estreptomicina (15 mg/kg una vez al día); o bien.

 

  • Una combinación de rifampicina (10 mg/kg una vez al día) y claritromicina (7,5 mg/kg dos veces al día); se ha utilizado utilizada aunque su eficacia no se ha demostrado mediante ensayos aleatorios.

 

Dado que la estreptomicina está contraindicada en el embarazo, la combinación de rifampicina y claritromicina se considera también la alternativa más segura para ese grupo de pacientes; o una combinación de rifampicina (10 mg/kg una vez al día) y moxifloxacino (400 mg una vez al día), utilizada también aunque su eficacia no se ha demostrado mediante ensayos aleatorios.

 

 

Prevención

 

Al desconocerse el modo de transmisión de la úlcera de Buruli, no se pueden tomar medidas preventivas.

 

El objetivo del control de la úlcera de Buruli consiste en minimizar el sufrimiento, las discapacidades y la carga socioeconómica. La detección precoz y el tratamiento antibiótico constituyen la piedra angular de la estrategia para el control de la úlcera de Buruli.

 

¿Conoces la diferencia entre una úlcera tropical y de Buruli?

 

 

Más información, enlaces y bibliografía relacionada

 

 

Antecedentes

 

La denominada úlcera de Buruli, es una enfermedad crónica e incapacitante que afecta sobre todo a la piel y, en ocasiones, a los huesos. Es causada por el Mycobacterium ulcerans que produce micolactona, una toxina citotóxica que produce daño en la piel. [1] Fue descrita por primera vez por Sir Albert Cook en 1897 en Uganda, pero M. ulcerans no fue cultivado con éxito hasta 1930 por Peter Maccallum.

 

El nombre Buruli (actual Nakasongola) proviene del área de Uganda donde se notificaron abundantes casos durante los años 60 del siglo XX. Asimismo, se han descrito casos en al menos 33 países de África (fundamentalmente occidental), Australia, Japón, Sudeste Asiático, China, América Central y Sudamérica, y en el Pacífico occidental [2], donde recibió otros nombres como úlcera de Bairnsdale, de Daintree, de Mossman o de Searl en Australia; tora y úlcera mexicana en México; y mbasu, úlcera de Kasongo y de Kakerife en África. [3]

 

La úlcera de Buruli, a pesar de no presentar una mortalidad elevada, produce discapacidad en más del 60% de los casos, lo que genera un gran impacto socioeconómico en las áreas endémicas. En 1988, la Organización Mundial de la Salud (OMS) lanzó la Iniciativa Mundial contra la Úlcera de Buruli para llamar la atención sobre esta enfermedad debido a su reemergencia.

 

En relación a esta patología, la OMS ha descrito las siguientes prioridades en su hoja de ruta para terminar con las enfermedades tropicales desatendidas:

 

  • Desarrollo de test de diagnóstico rápido para su uso en centros sanitarios públicos o en la comunidad, para el diagnóstico temprano, reduciendo así la morbilidad y confirmando los casos
  • Mejora de la detección de M. ulcerans viable en muestras de heridas, para poder distinguir entre fallos del tratamiento y reacciones paradójicas, con métodos como la detección de micolactona y la secuenciación del ARNr. [4]

 

A pesar de los esfuerzos en este sentido, el mecanismo de transmisión de la enfermedad todavía no está claro, aunque se esgrimen diferentes hipótesis

 

 

[1] WHO. “Buruli ulcer (Mycobacterium ulcerans infection).

[2] Merritt RW, Walker ED, Small PL, et al. Ecology and transmission of Buruli ulcer disease: a systematic review. PLoS Negl Trop Dis. 2010;4(12):e911. Published 2010 Dec 14. doi:10.1371/journal.pntd.0000911

[3] Infección por Mycobacterium ulcerans. Úlcera de Buruli. Dermatol Rev Mex 2020 marzo-abril;64(2):144-153.

[4] Ending the neglect to attain the Sustainable Development Goals A road map for neglected tropical diseases 2021–2030

 

 

Epidemiología

 

Entre 2002 y 2017 se reportaron alrededor de 60,000 casos en 33 países (ninguno proveniente de Europa), todos situados en regiones tropicales o subtropicales con clima húmedo. 

 

La mayor concentración de casos se encuentra en África occidental, siendo los tres países considerados como endémicos Costa de Marfil, Ghana y Benín que, en conjunto, notifican un 73% de los casos.

 

En el periodo 2010–2017, un total de 23.206 casos de úlcera de Buruli fueron notificados a la ONU por 17 países: 14 países africanos y 3 de la región del Pacífico occidental (Japón y Papúa Nueva Guinea). [5]

 

En el continente americano esta infección es especialmente rara; los países afectados son Guayana Francesa, Brasil, Perú y México. [6] El primer caso comunicado en México se comunicó en 1956 [7] y los dos últimos de 2005 [8] no se notificaron a la OMS, que suman 8 casos totales;19 en la actualidad se considera inactivo.

 

En general, la carga anual de casos notificados ha ido disminuyendo desde un máximo de 5937 casos en 2004, hasta los 1952 casos de 2016. Sin embargo, a partir de ese año se observó un repunte del número de casos notificados hasta llegar a los 2708 de 2018, y terminando 2019 con 2260 casos notificados. [9] Los países incluídos en este análisis: Australia, Benin, Cameroon, Congo, Côte d’Ivoire, Democratic Republic of the Congo, Equatorial Guinea, Gabon, Ghana, Guinea, Japan, Liberia, Nigeria, Papua New Guinea, Sierra Leone, South Sudan, Togo, Uganda.

 

El único país que en 2019 ha notificado más casos (943) que en 2018 (424) fue Nigeria. El resto de los países o bien han notificado el mismo número de casos en ambos años, o no han notificado sus casos, o han notificado menos casos que en el año anterior. Hay que tener en cuenta que los datos no son completamente fiables por la falta de continuidad en la notificación de algunos países que se encuentran envueltos en conflictos armados, entre otras razones.

 

Camerún

La úlcera de Buruli fue notificada en Camerún por primera vez en 1969. Sin embargo las medidas de control organizado de la úlcera de Buruli en el país comenzó 33 años más tarde con la creación de dos Centros de Diagnóstico y Tratamiento de Úlcera de Buruli en Ayos y Akonolinga en 2002, con el apoyo de FAIRMED (antes conocido como ALES, Aide Aux Lépreux Emmaüs-Suisse) y MSF (Médicos Sin Fronteras) Suiza, respectivamente.

 

La eficacia de la gestión de la patología en estos primeros centros llevó al Ministerio de Salud de Camerún a establecer un Programa Nacional de Control de la Úlcera de Buruli en 2004. Tras una encuesta nacional sobre úlcera de Buruli en 2004, se crearon tres Centros de Diagnóstico y Tratamiento de Úlcera de Buruli adicionales en 2006 en los tres distritos de salud altamente endémicos recientemente identificados, es decir, Bankim, Mbonge y Ngoantet-Mbalmayo.

 

La estrategia inicial de los equipos médicos de estos Centros de Diagnóstico y Tratamiento de Úlcera de Buruli fue realizar un cribado masivo de úlcera de Buruli, campañas de sensibilización y concienciación en comunidades y escuelas, y manejo de los casos de BU detectados. Gradualmente, los comités de salud se activaron en las áreas de intervención y se hicieron responsables de las campañas de sensibilización y concienciación de la comunidad para la úlcera de Buruli, la búsqueda de casos y su derivación. La participación de la comunidad en la derivación de casos sospechosos a los Centros de Diagnóstico y Tratamiento de Úlcera de Buruli para su confirmación y tratamiento aumentó después de que muchos voluntarios fueron capacitados para reconocer las úlceras de Buruli en sus comunidades. A medida que las comunidades se volvieron más conscientes de la patología, la búsqueda activa de casos dio paso gradualmente a la búsqueda pasiva de casos y los casos se presentaron por sí solos o se remitieron a Centros de Diagnóstico y Tratamiento de Úlcera de Buruli.

 

En Camerún, los Centros de Diagnóstico y Tratamiento de Úlcera de Buruli envían mensualmente los formularios BU02 de la OMS junto con los informes de actividad al Programa Nacional de Control de Úlcera de Buruli. Entre 2002 y 2016, se notificaron 3850 casos de úlcera de Buruli en el país, con un pico de 914 casos vistos en 2004, explicado por la encuesta nacional de úlcera de Buruli de ese año. Se notificaron números considerablemente menores de casos en los últimos años, con un mínimo de 85 casos en 2016. Entre 2002 y 2014, el número de distritos sanitarios identificados como endémicos de úlcera de Buruli aumentó de 2 a 64 (Fig. 3). [10]

 

Aumento en el número de distritos sanitarios identificados como endémicos para la úlcera de Buruli entre 2001 y 2014. [11]

 

A partir de 2016, los casos sufren un ligero aumento hasta llegar en 2018 a los 155. En el último periodo anual registrado de 2018 a 2019, vuelven a disminuir el número de casos notificados hasta los 106.

 

Si bien las regiones endémicas se detectaron principalmente en la parte sur y central de Camerún, se requiere una encuesta nacional para confirmar la presunta presencia de úlcera de Buruli en la parte norte del país. Sin embargo, se ha demostrado que una reducción de los recursos y actividades del programa por parte de los principales socios de apoyo durante los últimos años ha provocado una disminución de las actividades de vigilancia, lo que ha repercutido negativamente en los indicadores de rendimiento en este país [11].

 

La úlcera de Buruli es una enfermedad encontrada fundamentalmente en focos de zonas rurales cercanas a humedales (estanques, pantanos, ciénagas, embalses y zonas con aguas estancadas) y en ríos con poca corriente, especialmente en áreas inundadas y, en general, en ecosistemas alterados por la presencia humana. [12]

 

Por ejemplo, se observaron casos de úlcera de Buruli entre los caucásicos que vivían en el campus de la Universidad de Ibadan, Nigeria, lo que se asoció a la represa de un pequeño arroyo que atraviesa el campus. En el norte de Liberia, empezaron a surgir casos cuando se represó el río Manor y aumentaron los humedales para el cultivo de arroz en los pantanos. Otros ejemplos incluyen la represa del río Mapé en Camerún, el río Densu en Ghana y el río Bandama en Costa de Marfil. Además de los cambios en los ecosistemas introducidos por el ser humano, las temporadas de lluvia intensa también pueden provocar un aumento de los casos. En Uganda, se relacionó un brote con una inundación sin precedentes de los lagos de Uganda, distrito de Busoga, entre 1962 y 1964.  [11]

 

Aunque no hay diferencias de incidencia entre géneros (hombres: mujeres, 1:1:), los comportamientos poblacionales tienen una gran influencia en las variaciones de la incidencia, como muestran las mayores tasas de incidencia entre los hombres dentro de las familias, y más preponderantemente entre los niños con respecto a las niñas. De esta forma, se puede concluir que que la enfermedad no está completamente determinada por el entorno natural. [13]

 

Respecto a la incidencia por grupos de edad, los estudios muestran que la úlcera de Buruli afecta a los extremos de edad. En los países de África, la población de niños entre 5 y 15 años es la que presenta más prevalencia, mientras que en Japón y Australia los pacientes suelen ser adultos. [14] 

 

Datos de ensayos controlados aleatorizados, no revelaron que la vacuna BCG protegiera frente a la úlcera de Buruli (odds ratio (OR) = 0.63; 95% CI = 0.38-1.05; I2 = 56%), una conclusión que estudios de caso-control parecen corroborar. 

 

Por otro lado, la infección por VIH (OR = 6.80; 95% IC = 2.33-19.85; I2 = 0%) y el alelo SLC11A1 rs17235409 A (OR = 1.86; 95% IC = 1.25-2.77; I2 = 0%) se asocian con un aumento de la prevalencia de la enfermedad.

 

Respecto a la influencia de la historia familiar de úlcera de Buruli, no hay conclusiones definitivas. [15]

 

 

[5] Omansen TF, Erbowor-Becksen A, Yotsu R, et al. Global Epidemiology of Buruli Ulcer, 2010–2017, and Analysis of 2014 WHO Programmatic Targets. Emerging Infectious Diseases. 2019;25(12):2183-2190. doi:10.3201/eid2512.190427. (https://wwwnc.cdc.gov/eid/article/25/12/19-0427_article)

[6] Buruli ulcer – Diagnosis of Mycobacterium ulcerans disease. World Health Organization. 2018.

[7] Lavalle, P. Infección humana por Mycobacterium ulcerans. Confirmación del primer caso observado en México. Dermatol Rev Mex 1956;1:5-15.

[8] Novales-Santa Coloma J, Navarrete-Franco G, Iribe P et al. Ulcerative cutaneous mycobacteriosis due to Mycobacterium ulcerans: Report of two Mexican cases. Int J Lepr 2005;73(1):5-12. DOI: 10.1489/1544-581X(2005)73[5:UCMDTM]2.0.CO;2.

[9] Datos del THE GLOBAL HEALTH OBSERVATORY (WHO) – https://www.who.int/data/gho/data/indicators/indicator-details/GHO/number-of-new-reported-cases-of-buruli-ulcer

[10] Tabah EN, Johnson CR, Degnonvi H, et al. Buruli Ulcer in Africa. 2019 Apr 30. In: Pluschke G, Röltgen K, editors. Buruli Ulcer: Mycobacterium Ulcerans Disease [Internet]. Cham (CH): Springer; 2019. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK553829/ doi: 10.1007/978-3-030-11114-4_2

[11] Tabah EN, Johnson CR, Degnonvi H, et al. Buruli Ulcer in Africa. 2019 Apr 30. In: Pluschke G, Röltgen K, editors. Buruli Ulcer: Mycobacterium Ulcerans Disease [Internet]. Cham (CH): Springer; 2019. Available from: https://www.ncbi.nlm.nih.gov/books/NBK553829/ doi: 10.1007/978-3-030-11114-4_2

[12] Merritt RW, Walker ED, Small PL, et al. Ecology and transmission of Buruli ulcer disease: a systematic review. PLoS Negl Trop Dis. 2010;4(12):e911. Published 2010 Dec 14. 

[13] Jordi Landier. Epidémiologie de l’ulcère de Buruli et de la transmission de Mycobacterium ulcerans au Cameroun : personnes, saisons, espaces et insectes. Maladies infectieuses. Université Pierre et Marie Curie – Paris VI, 2014. Français. NNT : 2014PA066370

[14] Infección por Mycobacterium ulcerans. Úlcera de Buruli. Dermatol Rev Mex 2020 marzo-abril;64(2):144-153.

[15] Fevereiro J, Sajjadi N, Fraga AG, Teixeira PM, Pedrosa J. Individual and clinical variables associated with the risk of Buruli ulcer acquisition: A systematic review and meta-analysis. PLoS Negl Trop Dis. 2020;14(4):e0008161. Published 2020 Apr 8. doi:10.1371/journal.pntd.0008161