Notificadas 2 muertes y otros 4 casos de una presunta intoxicación paralítica por mariscos en miembros de una familia en la ciudad isleña de Daram, en Samar, Filipinas.
Los fallecidos, un niño de ocho años y su hermano de tres manifestaron síntomas de intoxicación alimentaria tras consumir tahong (un tipo de sopa con mejillones verdes -Perna viridis-) en el barangay (un equivalente a pueblo,
distrito o circunscripción) de Bagacay de dicha localidad.
Las víctimas experimentaron entumecimiento, vómitos y dolor abdominal intenso. Seis de los siete miembros de la familia fueron trasladados de urgencia al Hospital Provincial de Samar en la ciudad de Catbalogan.
Todos los síntomas indicaban que los pacientes sufrían de intoxicación paralítica por mariscos después de consumir mariscos infectados por la marea roja. Se ha iniciado una investigación sobre el incidente.
Las áreas actualmente infestadas por la marea roja son la Bahía de Irong-Irong en Samar, la Bahía Cancabato en la ciudad de Tacloban; la Bahía de Matarinao en las ciudades de General MacArthur, Hernani, Quinapondan y Salcedo en Silangang Samar; la Bahía de Carigara en Babatngon, San Miguel, Barugo, Carigara y Capoocan en Leyte; y las aguas costeras de Guiuan, Silangang Samar.
La Oficina de Pesca y Recursos Acuáticos continúa apelando al público para que se abstenga de recolectar, vender y comer mariscos de estas áreas porque no son seguros para el consumo humano.
La intoxicación paralizante por consumo de mariscos (IPM) es un síndrome neurotóxico asociado a la presencia de saxitoxina y sus más de 26 análogos en los mariscos marinos. Las toxinas son producidas por diversas especies de dinoflagelados del género Alexandrium, Pyrodinium bahamense var. compresum y Gymnodinium catenatum, así como en algunas especies de cianobacterias.
La sintomatología ocasionada por la saxitoxina y sus derivados se centra principalmente en el sistema nervioso, ya que al bloquear los canales de sodio produce parálisis; puede ser tan leve como adormecimiento de labios hasta la muerte por falla ventilatoria.
El diagnóstico debe realizarse clínicamente y corroborando la toxina por medio de un bioensayo en ratón o el aislamiento en los organismos productores. No existe antídoto alguno, el tratamiento es sintomático enfocado a mantener la mecánica ventilatoria. La incidencia de episodios tóxicos, así como la presencia de toxinas paralizantes se ha incrementado y se ha reportado en lugares en donde antes no era común; por esta razón, es importante divulgar este tipo de intoxicaciones, ya que representan un gran riesgo para la salud humana.
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