10 diciembre, 2021
Situación de la Triquinosis en Europa. Informe ECDC 2019
En la Unión Europea (UE) y el conjunto del Espacio Económico Europeo (EEE), la triquinosis es una enfermedad humana rara pero grave. Recientemente se ha publicado el informe anual del 2019 de control epidemiológico de la triquina del Centro Europeo para la Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), donde se observa que la tasa de notificación de triquinosis UE / EEE casi se ha duplicado en comparación con el informe del 2018.
Estos datos se han debido principalmente al aumento en el número de casos notificados por Bulgaria, Italia y España, que en su conjunto representaron el 79,4 % del total de casos notificados. Bulgaria, a su vez, representó la mayoría (57 %) de los casos confirmados de triquinosis en 2019. En el caso concreto de España, se notificaron un total de 40 casos, de los que finalmente 12 de ellos fueron confirmados. Estos datos sitúan a España en el segundo puesto entre los países con mayor número de casos confirmados.
La mayoría de los países recogidos en el informe (16/28 países) notificaron cero casos, incluyendo Chipre, Finlandia, Luxemburgo y Malta, que nunca han informado de ningún caso de triquinelosis desde el comienzo de la vigilancia a nivel de UE / EEE en 2007.
Respecto a los grupos poblacionales afectados, el informe destaca que la tasa de notificación más alta en 2019 fue en hombres en el grupo de edad de 25 a 44 años, con 0.03 casos por 100.000 habitantes. Asimismo, se observaron tasas más altas en hombres que en mujeres en cinco de los seis grupos de edad analizados.
En cuanto a los orígenes de los casos, el informe señala que “el jabalí constituye el mayor riesgo de contraer triquinosis en la UE”, seguido del consumo de carne de cerdo doméstico infectada.
En España, el segundo país con más casos notificados, existe sobreabundancia de jabalíes, y sus poblaciones se han multiplicado por diez en los últimos 40 años. No obstante, esta no es la única causa de esta incidencia en territorio español, que también se debería a la gestión de los residuos de la caza, los jabalíes abatidos y sus restos, ocurre que en ocasiones los jabalíes son abatidos, pero no recogidos. El escaso valor comercial de la carne de jabalí y la dificultad añadida para comercializarla cuando no se trata de grandes cacerías, e incluso los requisitos para la inspección y sus costes. Si el cazador tiene que desplazarse muchos kilómetros para realizar la inspección correspondiente, el gasto y la molestia pueden no compensar.
Existe una relación entre la falta de conciencia y los bajos ingresos de los consumidores que viven en las zonas rurales, así como una insuficiente presencia de los servicios veterinarios locales de inspección de la carne y aparición de Trichinella en animales domésticos. Los cazadores no siempre tienen cercano y accesible un control de Trichinella apropiado.
Descargar informe triquinosis Europa 2019
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