En tiempos prehistóricos, los negritos fueron algunos de los primeros habitantes del archipiélago, seguidos por oleadas sucesivas de pueblos austronesios que trajeron consigo tradiciones y costumbres de Malasia, India y el mundo islámico, mientras que el comercio introdujo algunos aspectos culturales chinos.
En 1521, la llegada del explorador Fernando de Magallanes marcó el comienzo de una era de influencia y posterior dominio español. Miguel López de Legazpi estableció el primer asentamiento español en Filipinas en 1565, con la fundación de Cebú.
El legado de los distintos periodos históricos se refleja en la actual cultura del país, que es una combinación de lo indígena prehispánico con elementos chinos y la cultura hispánica, debido a tres siglos de presencia española. Esta cultura mestiza está presente en la gastronomía, en la música, los bailes y el arte filipino. El carácter hispánico es más evidente en su religión católica, en su legado arquitectónico, en especial las iglesias y casas de estilo colonial y en muchos topónimos del país, y en nombres y apellidos. Finalmente, la herencia de los Estados Unidos perdura en el idioma inglés y en una mayor afinidad con la cultura popular.