Finlandia es una república parlamentaria y democrática, y es miembro de las Naciones Unidas desde 1955, así como de la Unión Europea desde 1995. La economía finlandesa es una de las más prósperas de Europa, basándose en los importantes sectores de servicios, así como de manufactura. En el país existe un estado del bienestar, así como una política altamente democrática y con niveles sumamente bajos de corrupción.