El moderno Estado irlandés consiguió su independencia efectiva del Reino Unido en 1922, tras una guerra de independencia que acabó con la firma del Tratado anglo-irlandés, mientras que Irlanda del Norte optó por permanecer en el Reino Unido. Fue cuando se inició el Conflicto de Irlanda del Norte, que aún perdura. Aunque en principio Irlanda fue un dominio dentro del Imperio británico, con el nombre de Estado Libre Irlandés, en 1931 se clarificó su completa independencia legislativa y en 1937 adoptó una nueva constitución y el nombre de Irlanda. En 1949 se eliminaron los deberes restantes de la figura del rey de Irlanda y el país se declaró una república. El Estado no tuvo relaciones formales con Irlanda del Norte durante la mayor parte del siglo XX, pero desde 1999 han cooperado en varias políticas en el marco del Consejo Ministerial Norte-Sur creado por el Acuerdo de Viernes Santo.