El territorio del actual Pakistán fue en la antigüedad el hogar de diversas culturas, como la neolítica Mehrgarh y la cultura del valle del Indo de la Edad del Bronce. También fue objeto de invasiones y asentamientos por parte de hindúes, persas, indogriegos, musulmanes, turco mongoles, afganos y sijes. Toda aquella región estuvo gobernada por numerosos imperios y dinastías como el Imperio maurya, el Imperio aqueménida, el Califato omeya, el Imperio mongol, el Imperio durrani, el Reino sij y el Imperio británico.
Como resultado de los esfuerzos del movimiento liderado por Muhammad Ali Jinnah y del movimiento de independencia indio, en 1947 Pakistán consiguió su independencia y se configuró como la nación de los musulmanes que habitaban en las regiones del este y oeste de la India, donde eran mayoría. Inicialmente Pakistán fue un dominio británico, pero en 1956 el país aprobó una constitución y se convirtió en una república islámica. Una guerra civil en 1971 provocó la secesión de Pakistán Oriental, que pasó a llamarse Bangladés. La historia de Pakistán posterior a su independencia ha estado caracterizada por períodos de gobierno militar, inestabilidad política y el conflicto con su vecina India, otro país con armas nucleares, por el control de Cachemira. El país sigue afrontando grandes problemas como el terrorismo, la pobreza, el analfabetismo y la corrupción.