Los aborígenes caribes impidieron agresivamente a golpes la conquista europea en San Vicente de las Granadinas hasta el siglo XVIII. Los africanos esclavizados (tanto naufragados o como huidos de Barbados, Santa Lucía y Granada) buscaron refugio en San Vicente o Hairouna (como era llamada originalmente por los caribeños), y se mezclaron con los caribeños autóctonos, cuya descendencia mestiza se conoce como garífunas o caribes negros.
A partir de 1719, los colonos franceses cultivaron café, tabaco, añil, algodón y azúcar en plantaciones trabajadas por africanos esclavizados. En 1763, San Vicente fue cedida a Gran Bretaña. Restaurado el gobierno de los franceses en 1779, San Vicente fue recuperada por los británicos bajo el Tratado de París (1783), en el cual Gran Bretaña reconocía oficialmente la independencia de los Estados Unidos. Tratados complementarios se firmaron también con Francia y España, conocidos como los Tratados de Versalles de 1783, parte de los cuales volvieron a poner a San Vicente bajo control británico.