Los suecos disfrutan de un alto nivel de vida, con una organización y cultura corporativa no jerárquica, y colectivista en comparación con sus homólogos anglosajones. La conservación de la naturaleza, la protección del medio ambiente y la eficacia energética son, por lo general, una prioridad en la formulación de políticas y cuentan con acogida por gran parte del pueblo. Mantiene el modelo nórdico de bienestar que brinda asistencia sanitaria universal y educación terciaria gratuita a sus ciudadanos, tiene el undécimo ingreso per cápita más alto del mundo y ocupa un lugar destacado en numerosas mediciones de desarrollo humano, incluida la calidad de vida, seguridad, salud, educación, igualdad, y prosperidad.