Los primeros europeos que visitaron las islas fueron parte de una expedición española liderada por el navegante portugués Pedro Fernández de Quirós, quien desembarcó en 1605; reclamó el archipiélago para España y lo bautizó como “Espíritu Santo”. En los años 1880, Francia y el Reino Unido se disputaban parte de la colonia y en 1906 acordaron administrar de manera conjunta el territorio conocido como las “Nuevas Hébridas”, en referencia al archipiélago escocés.